Psicoterapia humanista

Este modelo psicoterapéutico tiene como base la acción de fomentar lo que ya existe en lo más profundo de la persona, sin fragmentaciones como la conducta o el inconsciente, o la percepción o del lenguaje, sino que contempla a la persona como objeto puro de estudio, y asimismo, desarrolla la nueva disciplina que investiga los fenómenos más positivos y sanos del ser humano como el amor, la creatividad, la comunicación, la libertad, la capacidad de decidir, el cambio terapéutico, y sobre todo, la autenticidad y el arte de ser uno mismo, porque de allí propone el origen del sentido de respeto y responsabilidad; desde el núcleo del ser puede surgir un camino del existir que sea sano o sabio, equilibrado y pleno, la autenticidad como un proceso de auto-aceptación y aceptación de todo lo que existe.

Una de las características fundamentales de este enfoque es que se centra en la persona, su experiencia interior, el significado que la persona da a sus experiencias.

La psicoterapia humanista mantiene el criterio de significación intrínseca a la hora de seleccionar los problemas a investigar, en contra de un valor inspirado únicamente en la objetividad. Se compromete con la dignidad humana y se interesa por el desarrollo pleno de cada persona. El psicoterapeuta orienta promoviendo el autodescubrimiento, apoya y acompaña el proceso que está viviendo el paciente.